martes, 27 de agosto de 2013

No vuelvo

No vuelvo,
no deseando a mis pasos 
el inicio donde una vez
pregunté tu nombre.

No vuelvo,
los sucesos han pasado
e instinto solo es lo que existe.
Es de noche.

Sin hacer ruido,
murmuro una palabra que abre
una grieta en este momento
y se hace cierto aquel instante
antes de hacerse triste.

No he vuelto,
estoy aquí por vez primera.
Yo nunca estuve,
tú nunca te fuiste.

Estoy de pie ante tu puerta
como un hombre nuevo,
con la camisa limpia
y los zapatos viejos.

No tengo un ramo de flores,
sólo pensamientos,
no tengo una corte de pajes
que te ahuyenten la alegría
con su jerga de lobeznos,

vengo sin saber a dónde,
me empuja mi sangre grosera
a punta de sístole y diástole.
A golpes en mi hueco
un músculo se agita
y se sorprende al reconocerse
en su viejo movimiento.

Me duele el lado izquierdo,
¡es la vida!
Te dolió a ti también...
es la herida.

No vuelvo,
todo es extraño.
Soy extranjero en mi propio cuerpo,
pero ya no soy pasajero que observa los campos
huir desde la ventanilla.

Me pregunto cuánto tiempo ha pasado.
Este nuevo reloj que vive en mi pecho
me responde: demasiado.

No vuelvo,
llego.
Tarde pero aquí estoy.
Te veo. Ya es de día.

No te conozco,
tú tampoco sabes quién soy.


domingo, 25 de agosto de 2013

El reo

Hace un tiempo vinieron a matarme.
No fue la primera vez, pero sí fue distinto.
Vinieron dos gigantes, trajeados y muy serios.
Vinieron por orden de alguien.

Me asaltaron en la calle, yo estaba borracho.
- Llegas tarde -me dijeron, y era cierto.
Me cogieron por los brazos, con cuidado;
y del bolsillo con mucho sigilo
sacaron una razón para hacerles caso.

Caminamos sin decir nada, como buenos amigos.
Pasamos por mi piso a recoger mis cosas,
que no son muchas, pero sí pesadas.
Después de eso fuimos al río.

En el puente de Los Remedios
hicimos una parada. Me ofrecieron un pitillo.
-No fumo -lo acepté-. Lo prometo...
-Es el último.

Con mis cosas hicimos un hatillo,
lo atamos con mi ropa
y lo amarramos a mis pies.
Había prisa, les ayudé.

Ya todo estaba listo,
amordazado a mi destino
con los quilos que amontoné
en mis ayeres.
-Falta ella -observé.
-No, está aquí,en el fondo del río
con las demás mujeres.

Me asomé y sonreí.
Sí, estaban todas allí 
clavándome frías su mejor sonrisa
desde sus ojos y labios muertos
en un millar de fotografías.

Una ponía especial fiereza
en reunir toda su belleza
para clavarme un cuchillo.
-La orden... la dió ella.

-No, aún no te enterás -me miraron-.
La diste tú mismo.

Y me empujaron.

viernes, 26 de julio de 2013

El calor

La brisa sólo vive
a oscuras, dentro de los agujeros.
Abrazados a  la piel parda, dura
de los barrancos la murmuran
los aires acondicionados.

La rumian y la orinan
lagrimillas de lluvia oprimida
que lloran por el tiempo de tierra
que yace cansado en las cuevas.

Dentro de ellas, en la tiniebla
cien millones de escarabajos
hacen bolas de sueños
que ruedan más y más lentas.

¿Qué pensarán los insectos
cuando están dormidos? La suma
de todos sus recuerdos da una
sola ilusión compartida en el estiércol.

Derribar las frágiles puertas
de sus pequeños misterios
y escapar hacia el mar,
de donde yo vengo.

Y en el mar vivir unos días
sin pensar que el calor espera
en septiembre,
a la vuelta de la esquina.

miércoles, 24 de julio de 2013

La Luna me mira,
me está mirando,
y la brisa me susurra
algo que murmuran los álamos.

En lo negro un aleteo;
a mí, caminante del silencio,
algo se me escapa del pecho.

Quieto, entrego mis oídos
a lo oscuro, a lo frío,
esperando un eco.

Pero la brisa me susurra
algo que murmuran los álamos
y la Luna me mira.
Me esta mirando.



lunes, 22 de julio de 2013

Nocturno

Donde la roja alegría
hace crecer flores jóvenes
ella es callada semilla.

Expirando desaliento
donde valles grises agonizan,
ella es brasa y viento seco.

Lorca vivo y de colores
me representan las plazas
si por mi paseo soles

su estela leve me traza;
tragedias de verdes Lunas
si falta, verdes barandas...

Farol viajero, rumor de arroyo
inconstante que mis raíces abrazan
regando destinos absortos:

todo lo bueno, todo lo malo,
los malditos y los benditos ratos
que antes de ayer cruzamos
insensatos de nosotros.

Todo floreció de la sonrisa
y todo se marchitó en la arruga.
Y todo, la noche y el día,
lo aprendí de su blanco rostro.

Todavía, a veces, veo su reflejo
palidecer en las lagunas.

domingo, 21 de abril de 2013

Desde Galicia


Bajo este cielo color ceniza
como la mala suerte
que tan lejano esta de ti,
allá donde poso la vista
todo me parece inerte
si tu no lo miras.

Del verde que amas
y el que yo sueño,
tu mirada,
estan hechas aquí todas las cosas.
Bosque, piedra y gente.
Sol de bosque,
como sonreirías tú
al ver que perteneces
a este fresco norte
y no al árido sur.

Aquí el viento viene del frío
trayendo frío para tus manos desprevenidas,
y se respiera agua
haya o no haya nubes,
porque aquí llueve siempre,
sobre la tierra

o sobre el alma.

Y por eso mientras escribo me faltas,
un calor tan tuyo que me bese las manos,
y las cubra frente a este soplo fino
que a mí, sin verte, me parece una guadaña.

Con el rugido de piedras rodando
río abajo
se despidió una sirena entre la maleza.
Y en la orilla me encontró,
sentado
junto al recuerdo.

domingo, 14 de abril de 2013

Tu voz siempre


Tu voz siempre
alta y sabia,
tu niñez diferente,
tu juventud dislocada;
veo en las arrugas
de tu frente las arañas.

Escucha,
son las voces del desprecio.
Ocultas
como hienas al acecho

riendo
de tus lágrimas, de tus versos.
Cantar sólo es leña de más
para su crueldad canina.

Veo en tu frente
las arrugas de mañana,
¡escribe!
Morir no tiene cabida.